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el blog de José M. Aguilar

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¡Microsoft MVP!
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viernes, 25 de mayo de 2007
El pasado 22 de mayo, la IETF aprobó y publicó la propuesta del estándar DKIM en la RFC 4871. ¡Diantres, ahora que se había puesto de acuerdo mucha gente para usar SPF!

DKIM pretende controlar los mensajes haciendo que el servidor de correo del que proceden firme digitalmente los envíos. De esta forma se consigue, en primer lugar, poder verificar el dominio al que pertenece el remitente de un mensaje y, en segundo lugar, asegurar la integridad del mismo permitiendo detectar si el contenido de éste ha sido alterado durante su tiempo de tránsito por el ciberespacio.

Según proponen, para echar a andar DKIM en un servidor de mensajes SMTP, deberían generarse un par de claves, pública y privada. La primera de ellas sería publicada a través del servicio estándar DNS, mientras que la segunda sería utilizada internamente para firmar digitalmente los mensajes.

Cuando un usuario autorizado envía un correo, el servidor generaría la firma del contenido en tiempo real y la añadiría a los encabezados del mensaje. El servidor del destinatario extraería la firma del mensaje y, mediante una consulta al DNS del origen, obtendría su clave pública, con lo que podría verificar la validez de la firma.

De esta forma, en función del resultado de la comprobación, el destinatario podría aplicar políticas locales de filtrado. Por ejemplo, si el dominio origen del mensaje existe y la firma es válida, es probable que se trate de un mensaje que debe ser entregado al destinatario, pero se le podrían pasar filtros basados en contenido para una mayor seguridad. Si la firma no es correcta o no aparece, podrían tomarse medidas de descarte o marcado del mensaje.
El siguiente diagrama muestra esquemáticamente el funcionamiento de DKIM:



¿Y quién anda detrás de este invento? Pues ni más ni menos que Yahoo! (iniciadores del proyecto), Cisco, PGP y Sendmail, y según comenta su inventor, Mark Delany, también han contado con la colaboración de IBM, Earthlink, Microsoft, Spamhaus, Google, PayPal y Alt-N, entre otros.

En resumen, se trata de un nuevo intento para acabar con el envío de mensajes desde destinatarios incorrectos o servidores "no creíbles", basándose esta vez en la utilización de criptografía de clave pública. Si bien no es de por sí una tecnología que resuelva el problema al 100%, sí que podría colaborar mucho. Además, lo más probable es que la solución final sea una combinación de distintas técnicas, así que bienvenida sea.

Particularmente me convence la idea de aplicar técnicas criptográficas para asegurar el correo, así como la utilización de estándares y soluciones colaborativas consensuada entre proveedores. Sin embargo, este último aspecto es su punto más débil: necesita una adopción global para que su efectividad pueda ser razonable.

En cualquier caso, todo esto forma parte de la lógica y necesaria evolución de tecnologías que tiene que acontecer hasta que la humanidad consiga dar con la forma para la eliminación definitiva del spam, phishing, spoofing y otras lindezas virtuales.
domingo, 22 de abril de 2007
Hoy me voy a salir un poco de la temática habitual, relacionada con el mundo del desarrollo, para comentar una técnica de escaneo de puertos que me ha llamado mucho la atención por el ingenio que derrochó su inventor, Salvatore antirez Sanfilippo, en el año 1998.

Se trata de idle scan, una ocurrente forma para detectar los puertos abiertos en una máquina remota sin poner al descubierto al atacante, es decir, al equipo que realiza el escaneo. Para ello, se vale de una máquina intermedia, llamada zombie o dumb, que ejerce como intermediario en la comunicación y hace que en ningún caso la víctima reciba paquetes directamente desde el atacante, quedando éste en el más absoluto anonimato.

Bueno, he de decir que si no tienes claro el funcionamiento del protocolo TCP y el establecimiento de conexiones, es probable que debas pegar un repaso antes de seguir leyendo el post. En todo caso será una lectura aconsejable para todo humano interesado en saber qué está ocurriendo por debajo cuando estamos utilizando servicios en una red como Internet.

Ahora vamos al lío. La cuestión es que todo intrépido pirata sabe que antes de iniciar el ataque a una ciudad costera es conveniente ver los puertos en los que se puede atracar para hacer el desembarco, ¿no? Pues en Internet ocurre lo mismo, un puerto abierto en un equipo conectado a la red es siempre una posible vía de entrada al mismo; indica que hay una aplicación escuchando en la máquina, y habitualmente puede averiguarse cuál es y explotar sus debilidades.

Por tanto, un ataque tipo debería ir precedido de un escaneo de los puertos abiertos, es decir, recorrer los 65535 puertos posibles (o al menos el subconjunto de uso más habitual) a ver cuáles están en uso. La pega es que esto suele ser demasiado ruidoso, no son pocos los sistemas de detección de intrusos y filtros que detectan peticiones sucesivas desde una misma dirección y las clasifican de inmediato como sospechosas pudiendo llegar a banear (prohibir) la conexión desde la IP que está haciendo el barrido, o incluso a registrar la dirección para más adelante poder tomar medidas legales si procede.

Esta es la razón que hacen de Idle Scan una técnica interesante, puesto que, como he comentado antes, en ningún momento el atacado es consciente de la dirección del atacante.

Para ello se aprovecha, en primer lugar, el funcionamiento del three way handshake, el protocolo estándar utilizado para el establecimiento de conexiones TCP, donde de forma habitual:
  • El procedimiento se inicia cuando el cliente envía un paquete SYN al servidor. Si es posible realizar una conexión, éste responde con un SYN + ACK, y el cliente debe confirmar enviando de nuevo un ACK al servidor. En caso contrario, es decir, si no es posible realizar la conexión porque el puerto esté cerrado, el servidor responde con un RST y se da por finalizada la secuencia.
  • Si un host, sin haberlo solicitado previamente, recibe un paquete de confirmación de conexión SYN+ACK de otro, responde con un RST con objeto de informarle de que no va a establecerse conexión alguna.
  • Si un host, sin haberlo solicitado previamente, recibe un paquete de reseteo (RST), lo ignora.
En segundo lugar, y es la parte importante, Idle Scan utiliza una característica de determinadas implementaciones de la pila TCP/IP, la numeración de paquetes salientes IP de forma consecutiva, principalmente con objeto de que, en el caso de que deban ser fragmentados, el destinatario pueda determinar a qué paquete pertenece cada fragmento. Al número identificativo de un paquete se le conoce como IPID.

Para detectar si un puerto está abierto o cerrado, es necesario primero observar el IPID del zombie, enviar paquetes a la víctima haciéndole ver que realmente se los está enviando éste y, posteriormente, observar de nuevo el IPID utilizado por el incauto intermediario. En función de los valores iniciales y finales obtenidos, se puede inferir el estado del puerto destino.

A continuación se exponen dos escenarios distintos de escaneo; en el primero de ellos se muestra lo que ocurre cuando el puerto objeto de la detección está abierto, mientras que en el segundo se supone que está cerrado.

Escenario 1: Víctima con el puerto abierto

El primer paso es enviar al zombie un paquete SYN+ACK, con objeto de que éste nos devuelva el paquete RST correspondiente, del cual tomaremos el IPID.

Acto seguido, se realiza una solicitud de conexión a la víctima, previa manipulación del paquete para que sea el zombie el que figure como origen del mismo. Al recibirlo, dado que estamos asumiendo que el puerto está abierto (escenario 1), la víctima envía de vuelta la confirmación de la conexión al que cree que es el solicitante, el zombie.

El zombie recibe la confirmación de la conexión, pero como no es él el que la ha generado, responde a la víctima con una señal de reseteo (RST), incrementando su IPID.

De nuevo, pasado unos segundos, desde el atacante se vuelve a obtener el IPID del zombie de la misma forma que al comienzo, comprobando que ha sido incrementado en 2 unidades. De esta forma, se determina que el puerto destino del escaneo estaba abierto.

El siguiente diagrama muestra la secuencia forma gráfica:




Escenario 2: Víctima con el puerto cerrado

Como en el escenario anterior, el primer paso siempre es obtener el IPID del zombie, enviándole un paquete SYN+ACK, con objeto de que éste nos devuelva el paquete RST correspondiente.

De la misma forma, se envía a la víctima el paquete de solicitud de conexión, indicando en las cabeceras que el origen del mismo es el host zombie. Dado que el puerto está cerrado (escenario 2), la víctima devuelve al aparente emisor un paquete RST indicándole que no será posible establecer la conexión solicitada. El zombie recibe el paquete RST y lo ignora.

El atacante, siguiendo la misma técnica que en otras ocasiones, obtiene el IPID del zombie, y dado que es el número siguiente al recibido al iniciar el procedimiento, puede determinar que no ha realizado ningún envío entre ambos, y que, por tanto, el puerto de destino estaba cerrado.


Desde el punto de vista del atacante las ventajas son, fundamentalmente:

  • El anonimato, puesto que desde la víctima todas las conexiones provienen virtualmente del zombie, y en ningún momento se envía información directamente desde el atacante.
  • El alcance, es decir, esta técnica permite escanear puertos de máquinas a las que directamente no se tendría acceso debido a la acción de filtros (como firewalls) intermedios. Dado que las conexiones provienen del zombie, sólo habría que tener acceso a éste para realizar el escaneo.
  • La visión de red que aporta, en otras palabras, permite determinar las relaciones de confianza existentes entre el zombie y la víctima. Si, por ejemplo, un intento directo de conexión a un puerto de la víctima es rechazado y, sin embargo, es posible acceder a él desde un intermediario, es porque existe algún tipo de relación de confianza entre ambos, lo cual puede ser utilizado en ataques posteriores.

En la actualidad, el principal inconveniente es la dificultad de localizar un zombie apropiado para realizar los ataques, tanto por las condiciones software que debe cumplir (sistemas operativos, kernels, etc.), el escaso tráfico de red que debe tener en el momento del escaneo (necesarios para que los IPID no se incrementen por otras conexiones) y, sobre todo, las medidas de seguridad de que disponga, puesto que desde él sería posible detectar al atacante.

domingo, 8 de abril de 2007
Vía una entrada en Barrapunto, llego a un artículo en el País titulado "Proveedores de Internet se unen contra el correo basura" donde se recoge la noticia de que los 26 principales proveedores españoles se han puesto de acuerdo en utilizar SPF para luchar contra el spam. Lógico, teniendo en cuenta que sólo un 15% de los mensajes que pululan por sus servidores y redes son reales, lo que indica que la mayor parte de sus recursos están siendo utilizados por el lado oscuro.

SPF (Sender Policy Framework) es una especificación experimental publicada por la IETF en la RFC 4408 (abril 2006), y describe un conjunto de técnicas para evitar la utilización de dircciones de email falsas en los mensajes que circulan por la red.

Aunque creo que esto ya lo he comentado en otras ocasiones, uno de los principales problemas que hacen florecer el spam, scam, phishing, y alguna que otra atrocidad más, es la inocencia con la que fue creado el protocolo SMTP, utilizado para los envíos de mensajes de correo electrónico entre servidores. En este estándar no se establece ninguna técnica para asegurar la veracidad del remitente, por lo que cualquiera puede escribir en nombre de otro, hacerse pasar por quien desee, o simplemente inventar sobre la marcha un emisor, existente o no.

Por eso los mensajes de spam que recibimos pueden provenir incluso de personas que conocemos, pertenecientes a nuestro propio dominio, compañeros que tenemos sentados justo a nuestro lado, etc.

El SPF pretende acabar con esto, pues define un sistema de comprobación en tiempo real de la veracidad del remitente, así como del servidor desde el que se envía un mensaje, consistente, por una parte, en incluir en los registros MX de cada dominio emisor de correos una línea donde se indique la dirección IP desde la que pueden ser enviados. De esta forma, cuando otro servidor SMTP recibe un mensaje con un remitente del dominio anterior, puede consultar esos registros y comprobar si la IP desde la que está recibiendo el email está autorizada para enviarlo.

Lo vemos con un ejemplo real, por suerte (?) tengo bastantes para elegir. Hoy he recibido un correo desde la dirección finkenhoferqov0@hotmail.com aconsejándome soluciones para mis terribles problemas de erección (¿cómo se habrán enterado? :-D). Por suerte, según me indican, la mitad de los varones los sufren, el que no se consuela es porque no quiere.

Si rastreo el mensaje, veo que ha llegado a mi servidor desde la dirección IP 71.186.100.38, cuyo nombre parece ser pool-71-186-100-38.chi01.dsl-w.verizon.net. Si seguimos escarbando, podemos obtener la siguiente información de esta IP:

OrgName: Verizon Internet Services Inc.
OrgID: VRIS
Address: 1880 Campus Commons Dr
City: Reston
StateProv: VA
PostalCode: 20191
Country: US
NetRange: 71.160.0.0 - 71.191.255.255
CIDR: 71.160.0.0/11
NetName: VIS-BLOCK

Y aunque las herramientas de geoposicionamiento de direcciones IP no son el colmo de la precisión, podríamos incluso atrevernos a conjeturar dónde se encuentra el spammer, en Washington.

A la vista de estos datos, se trata de un equipo que utiliza una dirección IP dinámica, conectado a través de una DSL que, de forma voluntaria o no, está enviando spam, cual poseso, al resto del mundo. Está claro que ningún spammer decente dejaría ver todos sus datos así, por lo que, o bien se trata de un PC secuestrado (zombie), o bien toda la información que deja ver es falsa.

En cualquier caso, está claro que no se trata de Hotmail, de donde era, como recordaréis, el remitente del mensaje.

Si tanto mi servidor como Hotmail utilizaran SPF, se habría rechazado el mensaje de forma directa. Al recibir la dirección del remitente, habría acudido a los registros MX de Hotmail para averiguar si la IP desde la que se ha producido la conexión es válida para envíos @hotmail.com, y, obviamente, de esta comprobación siempre se determinaría que el emisor es inválido.

Todo esto está muy bien, personalmente creo bastante en este tipo de soluciones colaborativas y de consenso para luchar contra el spam, más incluso que en las de análisis de contenido que, como ya he comentado en posts anteriores, tienen bastantes dificultades para garantizar el filtrado correcto dada la gran variedad de trucos utilizados.

El problema es precisamente su implementación en la práctica, y eso que en el caso del SPF no es especialmente compleja, todo lo contrario. Está claro que si todos los ISP del mundo utilizaran este método, el spam, fishing y en general cualquier historia basada en la utilización de remitentes falsos tendrían los días contados... al menos en la forma en que hoy los conocemos, claro.
domingo, 7 de enero de 2007
Hoy voy a comentaros un truco que utilizaban los spammers hace varios años, y que, por suerte, ya está algo desfasado gracias a las medidas de seguridad impuestas por las aplicaciones de correo, si bien todavía puede tener su utilidad gracias a los Webmails o herramientas cliente basadas en Web.

La técnica en cuestión consistía en el envío de mensajes HTML en los que eran incluidas referencias a imágenes externas. Si conocéis algo este lenguaje de marcas, sabréis que para hacer referencia a una imagen en un contenido hipertexto basta con utilizar el tag IMG como se muestra a continuación:

<img src="DirecciónDeLaImagen" alt="Contenido textual alternativo" >

El texto "DirecciónDeLaImagen" es la URL del recurso gráfico en cuestión, por ejemplo, http://www.google.com/images/logo_sm.gif. De esta forma, cuando un browser encuentra una marca de este tipo, acude a la dirección especificada, descarga el archivo (imagen, en este caso) y lo muestra al usuario integrado en el contenido de la página.

El caso es que una URL puede contener algo más que la dirección de un recurso, puede ir acompañada de parámetros. Por ejemplo, es perfectamente válido, y lo habréis visto más de una vez el uso de cadenas más complejas, de tipo http://www.loquesea.com/imagen?usuario=jmaguilar. Esto provoca que, cuando el navegador va a la dirección indicada a obtener el archivo, transmite al servidor el parámetro indicado (en el ejemplo, le transmitiría un parámetro llamado 'usuario' con un valor igual a 'jmaguilar'). El servidor en el que se aloja, a la vista de ese parámetro, puede actuar como considere oportuno.

Aplicado al siniestro mundo del spammer, esto ofrece unas posibilidades realmente interesantes. Pongamos que envío un mensaje a una víctima, incluyendo una imagen en cuyo origen (src) añado un parámetro que permite al servidor determinar el usuario que está solicitando la misma. Cada vez que este incauto individuo abra este mensaje, recibiré en mi servidor una petición de la imagen que, gracias al parámetro, sé de quién proviene, permitiéndome por ejemplo:
  • primero y principal: asegurar que la dirección de email a la que envié el mensaje es correcta, y pasarla a mi carpeta de "destinatarios seguros". Puedo seguir enviando, pues, mensajes a esta persona con la seguridad de que lo va a recibir. De hecho, supongo que este es el motivo de que los que usamos la misma cuenta desde hace años, recibamos tal cantidad de spam. Seguro que en su día hemos confirmado, sin saberlo, nuestra existencia, y estamos en las "listas selectas".
  • contar el número de veces que la persona abre el mensaje. ¿Podría esto servirme para determinar que realmente mi víctima está algo más interesado de lo normal en mi producto?
  • modificar la imagen al vuelo, variando detalles del mensaje. Por ejemplo, si es la primera vez que el usuario accede, utilizar un mensaje publicitario; si accede de nuevo, ofrecerle una oferta más jugosa; si vuelve a acceder, emplear técnicas más agresivas de venta.

Afortunadamente, desde hace tiempo los clientes de correo basados en aplicaciones de escritorio no permiten, sin consentimiento del usuario, la descarga de imágenes externas, lo que evita la petición del fichero al servidor. Hay otros tipos de cliente, como los webmails que, en cambio, siguen descargando del origen cualquier recurso externo.

En cualquier caso, la técnica es interesante y demuestra, una vez más, la habilidad de los expertos del lado oscuro para aprovechar las posibilidades (o agujeros) existentes en cada momento en beneficio propio.

miércoles, 11 de octubre de 2006
Toda técnica utilizada por los spammers viene precedida por alguna innovación en las herramientas antispam que dificulta la recepción del mensaje por parte de la víctima.

Por ello, estamos contemplando una auténtica competición entre ambos bandos, similar a la existente entre los creadores de virus y los fabricantes de antivirus. Si el spammer utiliza una técnica X para colar los mensajes, la técnica Y de los filtradores la contrarresta, lo que hace que los primeros desarrollen el método X+1, que a su vez, será compensado por la tecnología Y+1 de los segundos, y así sucesivamente.

En esta primera entrega veremos la forma más simple de evitar la detección, que, como en la vida misma, es tirar la piedra y esconder la mano.

Desde el principio de los tiempos, el correo basura se envía falseando las direcciones de correo del remitente y la razón es obvia: no descubrir a quien realmente envía los mensajes, acto que, en determinados países, incluso es constitutivo de delito.

¿Y es esto evitable? Difícilmente.

Gracias a la inocencia con que fue diseñado el protocolo SMTP, es perfectamente posible la suplantación del remitente de una forma increíblemente sencilla. Esto es fácilmente comprobable simplemente modificando las propiedades de la cuenta de correo de nuestro cliente favorito (Outlook, Thunderbird...).

Esta característica es aprovechada por los spammers para evitar ser detectados por filtros de tipo 'lista negra', utilizando orígenes de lo más pintorescos: remitentes en blanco, nombres y dominios generados de forma aleatoria, nombres reales pertenecientes a dominios inexistentes, o nombres auténticos dentro de dominios existentes. De esta forma, es absolutamente inviable determinar si un mensaje es spam o no a partir del remitente.

Una variante curiosa es el uso de direcciones pertenecientes al mismo dominio en el que nos encontramos. De hecho, de vez en cuando me llega un email publicitario de uno de mis compañeros de trabajo. En otras palabras, si mi buzón de correo es xxx@yyy.com, puedo recibir spam con un remitente del tipo zzz@yyy.com. Ahora bien, el nombre zzz puede ser real y pertenecer a un usuario que también tienen en sus listas de destinatarios, o bien ser totalmente falso. Hace unos años este pequeño truco hacía que los filtros fueran más compasivos con estos mensajes, sin embargo, hoy en día, que el remitente sea del propio dominio no es tomado como un criterio de veracidad.

Todo eso hace que en los sistemas actuales de filtrado el remitente se tome como un criterio de rechazo, pero nunca de aceptación incondicional de un mensaje.

Por tanto, los métodos actuales de detección de spam están basados, fundamentalmente, en el contenido de los mensajes. El próximo día que postee comentaré unas técnicas básicas para evitar ser detectados.