viernes, 29 de septiembre de 2006
La verdad es que estoy saturado. Recibo al día cientos de mensajes de correo basura (spam) recomendándome que compre decenas de productos o me suscriba a otros tantos servicios. Y eso que mi servidor de correo tiene un filtro antispam (concretamente SpamAssassin, un proyecto promovido por Apache) y mi cliente de correo habitual (Microsoft Outlook) también incorpora un sistema de filtrado.
Estas barreras, ciertamente frenan un 90% de los mensajes basura que recibo, esto es un hecho. Pero no es menos cierto que, a pesar de ello, una vez al día tengo que perder mivalioso tiempo en revisar la carpeta de spam detectado por si acaso se han excedido en sus funciones, es decir, han detectado como correo no deseado mensajes que sí tenían sentido para mí, lo cual, dicho sea de paso, sucede con más frecuencia de la deseada.
Seguro que a todos los tenemos direcciones de correo algo añejas nos ocurre lo mismo. Como en otros aspectos de la vida, a principios de los noventa podíamos relacionarnos con otros sin precauciones. Recuerdo cómo podía participar alegremente en foros utilizando mi nombre y dirección email habitual. Eso en la actualidad esto es impensable, y seguro que todos tomamos precauciones; en general, la mejor opción es la difusión racional de las direcciones de correo, y para ello se pueden encontrar algunas ayudas, como la que ya comenté hace algún tiempo, el uso de buzones temporales.
A pesar de todo, es interesante observar el talento y la creatividad que existe a veces detrás de estos mensajes. Como en el caso de los creadores de virus, troyanos y similares, me resulta admirable cómo los creadores de estos engendros evolucionan con el tiempo, adaptándose a los cambios y modificando su forma de actuar para estar siempre por delante de aquellos que intentan detenerlos.
Por ello, me he decidido a iniciar esta serie de artículos en los que iré comentando distintas técnicas que emplean estos individuos para conseguir transmitirnos un mensaje sin ser detectados por los complejos sistemas de filtro existentes en la actualidad.
Estas barreras, ciertamente frenan un 90% de los mensajes basura que recibo, esto es un hecho. Pero no es menos cierto que, a pesar de ello, una vez al día tengo que perder mi
Seguro que a todos los tenemos direcciones de correo algo añejas nos ocurre lo mismo. Como en otros aspectos de la vida, a principios de los noventa podíamos relacionarnos con otros sin precauciones. Recuerdo cómo podía participar alegremente en foros utilizando mi nombre y dirección email habitual. Eso en la actualidad esto es impensable, y seguro que todos tomamos precauciones; en general, la mejor opción es la difusión racional de las direcciones de correo, y para ello se pueden encontrar algunas ayudas, como la que ya comenté hace algún tiempo, el uso de buzones temporales.
A pesar de todo, es interesante observar el talento y la creatividad que existe a veces detrás de estos mensajes. Como en el caso de los creadores de virus, troyanos y similares, me resulta admirable cómo los creadores de estos engendros evolucionan con el tiempo, adaptándose a los cambios y modificando su forma de actuar para estar siempre por delante de aquellos que intentan detenerlos.
Por ello, me he decidido a iniciar esta serie de artículos en los que iré comentando distintas técnicas que emplean estos individuos para conseguir transmitirnos un mensaje sin ser detectados por los complejos sistemas de filtro existentes en la actualidad.
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